Hoy, en algunos países de tradición hispánica, se celebra la fiesta de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, lo que ocurre el jueves posterior a Pentecostés.
La celebración entra en España en 1973 cuando es aprobada por la Congregación del Culto Divino. Después varias conferencias episcopales la introdujeron en su calendario particular.
Es claro que Jesús es Sumo y Eterno sacerdote
El sacerdocio de Cristo está tan unido a su Ser divino, que el concilio Éfeso condena al que separe en Cristo el sacerdote del Verbo de Dios (DS 261).
El Concilio de Trento, al hablar de la Santa Misa, afirma que el sacerdocio de Jesucristo es según el orden de Melquisedec, una vez que ha terminado el sacerdocio levítico por su imperfección (DS 1740). Los sacerdotes de la Iglesia lo único que hacen al celebrar la misa y confesar es actuar In Persona Christi, como si fueran otros Cristos.
Jesús es Sacerdote Supremo, porque es el supremo mediador entre Dios y los hombres, porque con su sacrificio redentor restableció la unión inicial que había entre el género humano y el Creador, y porque con la aplicación de sus méritos infinitos por medio de su Iglesia, reconcilia los pecadores con el Señor.
Vemos por ahí que Cristo es sacerdote particularmente como hombre, según enseña Santo Tomás: “Cristo es sacerdote, no como Dios, sino como hombre” (S Th IIIa, q. 22, a. 5, arg. 3) y en cuanto hombre, reestablece el puente con Dios que se había quebrado por el pecado de Adán y los pecados posteriores. A nivel individual, restaura esa unión cada vez que un pecador usando de su gracia se une nuevamente con él.
Tomado de: Gaudium Press en Español