El próximo jueves 20 de julio, en la Parroquia San Lorenzo del municipio de Caldono (Cauca), monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), junto a varios sacerdotes de su clero, celebrarán una Eucaristía por la vida y por la paz.
La Santa Misa se realizará como un gesto de apoyo y fraternidad con toda la comunidad parroquial, tras el atentado violento efectuado el pasado 2 de julio por parte de actores armados ilegales contra el diácono Fredy Muñoz y el laico Eider Bototo, servidores de este templo. Aunque ellos están fuera de peligro y recuperándose de las heridas sufridas, persiste un dolor generalizado. “Necesitamos unirnos y sentir la fuerza de la oración para seguir adelante”, afirmó el padre Juan Diego Colorado, Vicario Episcopal de Pastoral de la Arquidiócesis.
“Con el acto ocurrido en Caldono, la herida es para la iglesia, el clero, un atentado contra todos. No tenemos miedo y estamos dispuestos a dialogar”, expresó el sacerdote Francisco Gil, párroco de San Antonio de Padua en la localidad de Morales y arcipreste del arciprestazgo Jesús Príncipe de Paz, del que hace parte la parroquia de Caldono.
Según ha informado la Arquidiócesis de Popayán, durante la Eucaristía se ofrecerán intenciones por la reconciliación y la paz de esta zona que se ha visto directamente afectada por la violencia y el conflicto armado. “El jueves es un día muy especial en Colombia. Este día desde Caldono, el presbiterio va a pedir a Dios para que los violentos entiendan que este no es el camino; para que el Señor nos ayude a vencer los miedos y a continuar en nuestra misión”, agregó el padre Colorado.
Cabe recordar que, pese a este acto violento cometido directamente contra la Iglesia Católica, monseñor Omar Alberto ha dejado claro que esto no detendrá el acompañamiento espiritual que brindan a la comunidad, ni cesará su trabajo pastoral en favor de la reconciliación y la paz del territorio. “La presencia unida de los sacerdotes es un mensaje de esperanza y un recordatorio de que la fe y la solidaridad son instrumentos poderosos para superar la violencia y construir un futuro mejor”, enfatizó la oficina de comunicaciones de la Arquidiócesis de Popayán.
Tomado de: Conferencia Episcopal de Colombia