Cardenal Müller, sobre Ucrania (“hay que defenderla a toda costa”), Polonia y otras cosas

El ex-Prefecto de Doctrina de la Fe concedió entrevista al Siglo de Italia.

No podía ser más evocativo el sitio donde el Cardenal Müller recibió al periodista de Secolo d’Italia, Luca Maurelli: la casa que Ratzinger ocupó por 24 años, fuera del Vaticano, y que el purpurado heredó siendo prefecto de Doctrina de la Fe. Un sitio lleno de historia, sacra también, pues fue allí donde el Papa alemán escribió Deus caritas estSpe salviCaritas in veritate.

En ese recinto que casi se podría tildar de participando de la Tradición, el Cardenal Gerhard Müller respondió diversas preguntas, con la contundencia y claridad que lo caracteriza.

El periodista lo califica como el más “conservador” del Consistorio, pero para el purpurado de Maguncia, “la antropología, que es también el origen de la moral, no tiene nada que ver con el tiempo, ni con conservadores ni con progresistas, la moral católica tiene que ver con la naturaleza que no se mide en antiguo o moderno…”.

En una casa donde se habla mucho polaco, pues su secretario personal es un connotado teólogo de esas tierras, y sus asistentes son religiosas polacas, el Cardenal Müller dirige su mirada a la realidad del país, que ve amenazada: “Putin puede invadir Polonia en cualquier momento, es una amenaza para todos, Ucrania debe ser defendida a toda costa”, explica ‘alarmado’ el cardenal alemán.

Por lo demás, la católica Polonia existe por la Iglesia, “sobrevive sólo gracias a la Iglesia católica, incluso después de la llegada de Hitler, que provocó seis millones de muertos, luego del comunismo…”. “Pero ahora la oscuridad vuelve a caer sobre Polonia, también debido a la UE, que quiere destruir Polonia como bastión del cristianismo, con un gobierno socialista que lucha contra los símbolos del cristianismo, la cruz, las fiestas, los símbolos: quieren eliminar Para los católicos, como lo hizo el nazismo, el ambiente es muy malo”.

Pero, ¿sigue siendo la política una amenaza para el catolicismo?, indaga el periodista.

“Sí, cuando quiere interferir con la libertad religiosa. Nuestra idea es que los políticos deben servir al pueblo y no ser dominus, nadie es un jerarca, pero esto también se aplica a los sacerdotes con el Pueblo de Dios, aquí tampoco deben existir dictadores”.

Luca Maurelli pregunta al Cardenal sobre una referencia que él hizo en un libro a un “círculo mágico” que rodearía al Papa, y sobre su parecer acerca de recientes declaraciones del Pontífice.

“En primer lugar, creo que en cuestiones relativas a la antropología, el derecho natural, la moral católica, los políticos deben abstenerse y no hacer propaganda y la Iglesia no debe dejarse instrumentalizar. Esto se aplica a las cuestiones de la homosexualidad, el aborto, la eutanasia y la liberalización de las drogas, de las cuales, nadie, en naturaleza, necesita. La Iglesia está aquí para llevar a las personas a la vida eterna, a la felicidad, al amor de Dios, nosotros debemos presentar la doctrina, no dar opiniones personales, nosotros que profesamos la Fe no podemos aceptar la falsa antropología, la afirmación de los derechos naturales de los homosexuales in natura: somos la Iglesia y Dios habló sólo de hombres y mujeres. El Papa lo sabe bien, no puede dar saltos que luego sean instrumentalizados por una determinada política LGBT: por un lado presenta la Doctrina de la Iglesia y la hace suya, en ambientes institucionales, por otro, en público, cree que puede ser párroco del mundo, pero no es posible. El párroco conoce personalmente a los parroquianos, los problemas individuales, es decir, los escucha, uno a uno, les brinda consuelo, soluciones, pero a nivel general el obispo debe indicar la Doctrina, la atención pastoral es otra cosa. El Papa es un maestro de fe y debe explicarla públicamente, no dar respuestas convenientes en público que luego son utilizadas por quienes hacen política para decir, el Papa ha dicho, el Papa nos bendijo… eso es política, la Iglesia no busca el consenso, no legitima comportamientos fuera de la Doctrina sino que marca el camino que considera correcto, luego cada uno es libre de seguirlo o no”.

Después el periodista indaga cosas personales al purpurado, como las características del ambiente en que creció, sobre su relacionamiento cercano con Ratzinger, la posición del Cardenal a la renuncia en el 2013 (a la que en su fuero íntimo era contrario) y sobre su relacionamiento con el Papa actual:

“Nunca he criticado públicamente al Papa, sólo respondí preguntas de fieles y periodistas: siempre he explicado una cosa sencilla, que la doctrina católica, la cuestión de la fe y la moral son más importantes que la política vaticana. Debemos ayudar a todas las personas necesitadas, pero no podemos dar recetas o soluciones sobre cuestiones que son sólo políticas, desde la emigración hasta el Covid, pasando por la ciencia y las reformas del Estado. En cuestiones políticas somos ciudadanos como los demás, no tenemos más poder de opinión que ellos. Los fieles aquí quieren escuchar el Evangelio, no nuestras opiniones personales”.

Tomado de: Gaudium Press en Español

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